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b) Cartera vencida Inicialmente hay que señalar que la cartera vencida ha venido descendiendo en términos absolutos desde por lo menos 2003. De entrada, ello implica que la cartera vencida no es un tema de especial preocupación. A junio de cada año, en miles de millones de pesos, entre 2003 y 2005, ésta ha pasado de 40.3 a 30.4 y 26.0, respectivamente (Gráfica 15). Quisimos dejar la información en términos nominales para destacar que incluso bajo esa medición se ha presentado un significativo descenso en este renglón, el cual luciría más intenso al descontar la inflación. ![]() Esta trayectoria no deja de ser un tanto sorprendente, tomando en cuenta que nos encontramos en una etapa de expansión crediticia –en las que suele haber algunos brotes de incumplimiento- y porque 2003 y 2004 (especialmente el primero) no se han caracterizado por un gran ritmo de crecimiento económico. Cuando éste se presenta, se facilita la liquidación de los créditos adquiridos. En este contexto, la combinación de mayores niveles de financiamiento y disminuciones, incluso nominales, en la cartera vencida dan lugar a un índice de morosidad en pleno descenso (Gráfica 16). En este tema, las cifras indican que no hay señales de alerta. ![]() |